sábado, 5 de diciembre de 2009

Y llegó...

Entonces abres los ojos y vuelves a ver al mismo chino vendiendo rosas, las cosas no han cambiado tanto al fin y al cabo. El sol sigue en su sitio y el mar todavia no ha dejado de moverse, pero hay algo que sí. Hay algo que sí ha cambiado. No son los coches, se mueven exactamente igual, los coches no son. Yo sigo entero, no me falta nada. Quizás lo que hace esto algo diferente eres tú. Apareces y revolucionas, como los franceses del 68, como los monjes budistas del Tibet. Lo cambias todo.

2 comentarios:

  1. Quizá lo que hace de esto algo tan diferente, eres TÚ.
    Tan diferente, que no consigo dejarte ir, que no consigo huír de mi lamento cuando me faltas, cuando te vas y dejas de abrazar mi rutina. Empieza la cuenta atrás. La cuenta atrás para algo que nos llevará a ti y a mi a otro lugar, con otras personas. Quizas con los monjes del Tibet. Quizas hagamos una vuelta al 68, así también podría practicar mi francés. Harás de eso otra experiencia memorable, de esas que son lo único que quedarán en el mundo para probar mi insignificante existencia. Tú. Yo. Nosotros, solo nosotros. Y nos convertiremos en nuestra propia rutina.

    Pero es más fácil sentirlo si los dos cerramos los ojos...

    ResponderEliminar